Lugar milenario
Para los antiguos cántabros (y celtas en general), el tejo era venerado
como un árbol sagrado, representante de la vida y la muerte. Esto se debe
además de por su toxicidad y su savia de color rojizo, a su enorme longevidad
(pueden llegar a vivir de 2000 a 4000 años).
Los druidas lo utilizaban para hacer bastones mágicos y adivinar el futuro,
los hombres y las mujeres se suicidaban con ello para evitar ser esclavizados
por los romanos y los ancianos lo tomaban cuando ya no eran capaces de valer
para la guerra.