viernes, 2 de agosto de 2019

Subida de Urdón a Tresviso

Subida emblemática


    Vamos a hacer una de las rutas cántabras por excelencia: La subida de Urdón a Tresviso.


    Ésta es una caminata pequeña pero matona, en la que tendremos que dejar el coche aparcado a la derecha de la carretera, a la altura de la unión del Río Urdón con el Deva.
Conviene madrugar un poco, puesto que suele estar siempre concurrido de coches y el parking no es que sea muy amplio.

    La ruta es fácil de seguir, no hay grandes desvíos y el camino está bien señalizado, pero las subidas son bastante pindias. A esto hay que añadirle que el camino tiene muchas piedras que nos dificultarán la subida.

Es conveniente llevar agua y crema solar, sobretodo en verano, además de algo de dinero en la cartera para tomar unas cervezas y un poco de queso arriba, en Tresviso.


    Y una vez dicho esto, ¡nos ponemos en marcha!




    Comenzamos a través de un angosto desfiladero por el que se va vislumbrando el valle que debemos de subir, a nuestra izquierda dejamos una central eléctrica que posteriormente rodearemos.


    Cruzamos el río por 2 veces y seguimos el camino acompañando el cauce del río. A medida que subimos, se van abriendo claros a pesar de la abundante vegetación boscosa para acabar saliendo a una enorme canal de piedra caliza.

    El camino se va poniendo peor, las piedras que hemos comentado antes se hacen muy molestas y la ascensión se hace notar. Vamos ganando en altura rápidamente, pero ayuda bastante que el camino vaya haciendo "zigzags", se hace más llevadero.

    Vamos girando hacia la izquierda, dejando a nuestra derecha una enorme pared que nos va acompañando hasta que llegamos al Balcón de Pilatos, un mirador a Liébana que merece ser admirado durante unos cuantos minutos.

    Desde aquí ya podemos ver a lo lejos Tresviso, puebluco de apenas 70 habitantes, famoso por sus quesos y por quedarse incomunicado cada vez que caen nevadas gordas.

    Continuamos el camino que nos queda sin ningún tipo de sombra y con un pedregal que sigue machacando los pies poco a poco. Ascendemos otros 300 metros y ya empieza a llanear y a verse otra vez un poco de verde.


    Pasamos junto a una fuente cerca de los Invernales de Prías y a escasos metros ya tenemos Tresviso.

    En el bar del pueblo es obligación comer un poco de queso "Campos", como premio y recompensa al esfuerzo realizado.


    La vuelta es la misma, puesto que es una ruta de ida y vuelta.

    Muchas gracias y espero que os guste.

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